Los celtas Hace miles de años, los celtas aparecieron en Centroeuropa como un grupo distintivo que tenía su propia lengua, mitología y arte. Desde sus tierras de origen emigraron en todas las direcciones, luchando y comerciando con otras culturas. En la época de su máximo esplendor, se extendieron desde Irlanda hasta Turquía. La naturaleza, con sus muchas montañas, ríos, lagos, bosques, árboles y animales, su tierra ilimitada y su cielo infinito, fue santificada por los celtas. La naturaleza se convirtió en un elemento primordial de sus rituales. Los griegos y los romanos, que construyeron templos grandiosos, se maravillaron ante la idea de que las deidades celtas fueran adoradas en santuarios al aire libre o en llanuras abiertas. Los celtas rara vez encerraron sus lugares de culto en templos de piedra. Esta cultura prefirió utilizar los límites de la propia naturaleza, demostrando una especial predilección por los manantiales, arboledas y lagos. Los bosques con arboledas eran espacio